La gastronomía juega un papel fundamental en la cultura y tradición mallorquina. Durante siglos, los mallorquines han creado y mantenido técnicas de cocina antiguas y han añadido nuevos sabores a las recetas tradicionales para mantener el contacto con las raíces y la cultura mallorquina.
Aunque las tradiciones son importantes durante todo el año en Mallorca, durante la Navidad tendemos a acercarnos un poco más a nuestra cultura y tradiciones culinarias. Todos los hogares de Mallorca comienzan a prepararse para recibir a toda la familia durante las fiestas, ya que celebramos la Navidad los días 24, 25 y 26 de diciembre. Y aún hay más. El 6 de enero celebramos la llegada de los Reyes Magos, lo que nos da una nueva oportunidad de reunirnos con nuestra familia y amigos y sentarnos alrededor de una mesa para disfrutar de la deliciosa cocina mallorquina.
Platos típicos mallorquines en Navidad
Como ya sabes, Mallorca tiene una gran cultura gastronómica que no ha dejado de desarrollarse a lo largo de los años. Algunos de los platos tradicionales mallorquines de los que probablemente hayas oído hablar son los dulces, la ensaimada, la coca y los cuartos o platos como el ‘frito mallorquín’, la coca de Trampó, el arros brut o el tumbet, entre otros.
Pero durante las fiestas hay dos platos especialmente elaborados por las familias mallorquinas que arrastran años y años de tradición.
Sopa mallorquina de Navidad – ‘sopa rellena’
Un plato imprescindible para la Navidad y realmente perfecto para el tiempo frío es el plato tradicional llamado ‘sopa rellena’ o ‘sopa de galets’. La sopa rellena de Navidad es realmente fácil de preparar y es el entrante de la Navidad.
La base de esta sopa mallorquina es un caldo tradicional. También forma parte de la sopa un tipo de pasta llamada “galets” rellena de carne picada, que ofrece un plato caliente perfecto para iniciar las fiestas.
Cochinillo mallorquín – “porcella”
La porcella es un cochinillo entero, también llamado lechón. El ‘porc negre’ local funciona bien en este plato, que se ha convertido en un plato emblemático de la cena de Navidad en Mallorca.
Lo especial de este plato es la forma en que se marina durante 24 horas en zumo de limón, aceite de oliva, sal, pimienta negra, hojas de laurel y ajo. ¡Delicioso!