El fotógrafo británico Martin Parr decía que la fotografía es una forma de “coleccionar” recuerdos. Y pocos lugares hay mejores para hacerlo que Mallorca, una isla mediterránea llena de contrastes, tanto geográficos como visuales.
La escritora George Sand describió su paisaje como “una de esas vistas que abruman por completo… Todo lo que un poeta o un pintor podría soñar, la naturaleza lo ha creado aquí”. Playas, montañas, campos y mar se suceden creando escenarios únicos, con colores y luces que cambian según la época del año. Da igual cuándo vengas: Mallorca siempre ofrece imágenes espectaculares. Coge tu móvil o tu cámara y empieza a disparar en estos lugares imprescindibles.
Mallorca fotográfica, primera parada: Es Trenc
Muy cerca de Ses Salines, nuestro hogar, esta playa de aire caribeño y dunas naturales es perfecta para los amantes de la fotografía de paisaje. Es uno de los espacios naturales mejor conservados de la isla, y su arena blanca y aguas turquesas lucen increíbles en cualquier estación.
En verano, las fotos se llenan de toallas y sombrillas de colores; en invierno, el ambiente es más salvaje, tranquilo y evocador.
Mallorca fotográfica, segunda parada: Las Salinas de Ses Salines
También muy cerca de Ca’n Bonico, este paraje natural ofrece un espectáculo visual único gracias al blanco brillante de la sal y los tonos rosados que aparecen en algunas épocas del año.
Las salinas cambian de color según la luz y la estación, creando composiciones muy especiales. Si visitas la zona en primavera u otoño, quizá tengas la suerte de captar flamencos en plena migración.
Mallorca fotográfica, tercera parada: Faro de Cap de Ses Salines
Impresionante tanto en verano como en invierno, este faro marca el punto más al sur de la isla.
Su estructura blanca destaca sobre el azul intenso del cielo y el mar y, en días despejados, permite fotografiar la silueta de la isla de Cabrera y su parque natural, a unos 10 kilómetros de la costa. Los atardeceres aquí son especialmente fotogénicos.
Mallorca fotográfica, cuarta parada: Mercado de Santanyí
Si te gusta capturar escenas cotidianas y vida local, el mercado de Santanyí, los sábados por la mañana, es una apuesta segura. Las calles de piedra se llenan de puestos con productos locales, joyería, artesanía, bolsos y ropa de estilo bohemio.
Se mezclan vecinos y visitantes, y la plaza principal, junto a la iglesia, es ideal para observar y fotografiar el ir y venir de la gente desde una terraza.
Mallorca fotográfica, quinta parada: Cala Llombards
Esta pequeña cala de arena, rodeada de acantilados, es una de las favoritas en Instagram. En verano, es habitual ver gente posando frente a las casitas de pescadores de colores o saltando desde las rocas al mar. Si te alejas un poco, encontrarás tramos de costa más tranquilos y salvajes, perfectos para fotos más íntimas.
Y si te gusta la fotografía aérea, los drones permiten captar la forma de la cala y los cambios de color del agua… siempre comprobando antes que su uso esté permitido.
Si te apetece ir más allá, el casco antiguo de Palma ofrece arquitectura medieval y la impresionante catedral gótica como telón de fondo. Y la Serra de Tramuntana regala paisajes de montaña espectaculares, con pueblos como Valldemossa o Deià integrados en el entorno.
En realidad, cualquier rincón de Mallorca puede convertirse en el escenario perfecto para una buena fotografía. Esperamos ver algunas de tus mejores capturas en tu próxima visita a Ca’n Bonico.