El norte de Mallorca está coronado por la Serra de Tramuntana, una impresionante cadena montañosa declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO que se alza sobre el Mediterráneo. Su carretera costera serpentea entre vistas espectaculares y pueblos con mucho encanto, mostrando el lado más salvaje y escarpado de la isla. Sin duda, una de las regiones más fascinantes para explorar.
Aquí te presentamos cuatro pueblos del norte de Mallorca que no te puedes perder.
Pueblos del norte de Mallorca
Pollença – un pueblo mallorquín en estado puro
Rodeado por las montañas de la Tramuntana, este pueblo medieval data del siglo XIII. Se construyó tierra adentro para protegerse de los ataques piratas, y cuenta con su versión costera, Puerto de Pollença, a solo unos kilómetros de distancia.
En el pueblo, las calles estrechas y empedradas se abren paso entre casas de piedra dorada que desembocan en la Plaza Mayor, el corazón de la vida local, llena de cafés, restaurantes y una preciosa iglesia barroca. Aquí se celebran el mercado semanal y las fiestas tradicionales durante todo el año.

Pollensa es uno de esos pueblos que invita a perderse sin prisa entre sus calles, descubrir sus tiendas con encanto, galerías de arte y museos, y empaparse de su tranquilidad e historia.
Alcúdia – historia y mar
Al igual que Pollença, Alcúdia tiene un casco antiguo histórico y un puerto. La Ciudad Vieja conserva un trazado medieval rodeado por murallas restauradas que formaban parte del antiguo sistema defensivo. Dentro del casco antiguo, los edificios del siglo XVI y las calles adoquinadas crean una atmósfera única.

Cada martes y domingo, Alcúdia acoge uno de los mercados más grandes de la isla, una oportunidad perfecta para probar productos locales y artesanía. En los alrededores, la península de Alcúdia atrae a los visitantes por sus playas, rutas de senderismo y miradores con vistas panorámicas de la costa norte mallorquina.
Artà – cultura, encanto y más
Situado en el noreste de la isla, Artà conserva un ambiente auténtico y algo bohemio. El pueblo, enmarcado por la Serra de Llevant, combina historia, calma y creatividad: hay galerías y talleres de arte en cada esquina, y los martes el centro se llena de vida con su mercado local, donde se venden alimentos, tejidos y piezas artesanales.

Su entramado de calles estrechas esconde cafeterías acogedoras, restaurantes con encanto y pequeñas terrazas con vistas. No te pierdas la subida al Santuario de Sant Salvador, desde donde se contemplan vistas espectaculares del Pla, la llanura central de Mallorca.
Capdepera – encanto medieval
A solo ocho kilómetros de Artà, Capdepera es un pequeño pueblo amurallado fundado en el siglo XIV por el rey Sancho de Mallorca para proteger a los habitantes de los ataques piratas. Dentro de las murallas encontrarás una plaza principal muy pintoresca y una fortaleza que domina el horizonte.

Cada año, durante la tercera semana de mayo, el pueblo se transforma con su mercado medieval, donde los vecinos se visten de caballeros, bufones o mercaderes, y las calles se llenan de malabaristas, músicos y espectáculos de fuego.
Después de este recorrido por el norte de la isla, esperamos haberte inspirado a descubrir estos pueblos llenos de historia, arte y carácter mediterráneo.
Mallorca siempre tiene algo nuevo que ofrecer… ¡te esperamos la temporada que viene en Hotel Ca’n Bonico!
