Mallorca es un auténtico paraíso para los amantes de la naturaleza. Su geografía diversa: montañas, campos y costa, alberga más de 300 especies de aves, desde residentes autóctonos y endémicos hasta visitantes migratorios.
Mientras recorres la isla, no es raro ver la silueta de un águila sobrevolando los acantilados o escuchar el canto de especies escondidas entre la vegetación. Ya seas un observador experto o simplemente curioso, el espectáculo de aves que anidan, vuelan y se zambullen en el cielo mallorquín es fascinante. No olvides tus prismáticos.
Dónde ir
Cap de Ses Salines, en el extremo sur de la isla y muy cerca de nuestro hotel, es una reserva natural protegida donde prosperan ecosistemas únicos y una gran variedad de aves. Su costa rocosa es ideal para caminar, disfrutar de la brisa marina y, por supuesto, para el avistamiento.
Otros lugares destacados son el Salobrar de Campos, el parque natural de s’Albufera, la isla de Sa Dragonera y el Parque Nacional del Archipiélago de Cabrera, todos ellos con una biodiversidad extraordinaria.
Aves endémicas
Mallorca es hogar de aves que no se encuentran en ningún otro lugar del mundo. Una de las más emblemáticas es la pardela balear, un ave marina de plumaje marrón oscuro que solo habita en las Islas Baleares. Puede observarse desde puntos elevados como el Cap de Ses Salines, el archipiélago de Cabrera o Sa Dragonera.

Otra especie única es la curruca balear, un pequeño pájaro gris oscuro con una larga cola, ojos rojos y patas y pico anaranjados. Se puede ver en zonas de matorral cerca del mar, especialmente en la península de Formentor y en el Cap de Ses Salines, a comienzos de la primavera.
Aves rapaces
En las zonas montañosas, especialmente en la Serra de Tramuntana, es fácil distinguir las grandes siluetas de las aves rapaces. El buitre leonado sobrevuela los picos en busca de corrientes de aire, y también se pueden avistar el águila calzada, el águila perdicera o el halcón de Eleonor, una especie migratoria que cría en la isla.
Aves de humedales y costa
Los humedales mallorquines también son un espectáculo para los observadores. Destaca la calamón común, de plumaje azul violáceo y pico rojo, que habita en el Parque Natural de s’Albufera, cerca de Alcúdia, y en el Salobrar de Campos, en el sur.

Con un poco de suerte, también podrás ver el cistícola buitrón o la cigüeñuela común, un elegante ave zancuda de patas rosadas y largo pico recto.
Explorar estas zonas naturales es una forma perfecta de disfrutar de la naturaleza y hacer senderismo al mismo tiempo. En toda la isla hay rutas para caminar, aunque la Serra de Tramuntana, declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO, es la preferida de muchos.
Y tras un día de naturaleza, aire libre y aves, no hay nada como volver al confort de Ca’n Bonico.
Te esperamos muy pronto para seguir descubriendo la Mallorca más auténtica.