Si de algo presume nuestra isla de Mallorca, es de la belleza de sus playas y del mar mediterráneo que la envuelve. Cada una de las calas y playas ofrecen un paisaje inigualable de aguas turquesas, arena fina y frondosa vegetación mediterránea que se funden en un paisaje de ensueño.
El Hotel Ca’n Bonico está situado en el pintoresco pueblo de Ses Salines, al sureste de la isla y tiene como vecinos, bonitos pueblos que aún conservan toda la tradición mallorquina como Es Llombards, Campos, Ses Salines y la Colonia de Sant Jordi. Se dice de ellos, que tienen la suerte de estar ubicados en la zona de la isla con las playas más bonitas, ya sea por el color del mar, como por tener la fortuna de conservar un entorno virgen y sin edificaciones. Pero el gran tesoro que guarda la zona y que se puede observar desde la Colònia de Sant Jordi, es el Parque Natural del Archipiélago de Cabrera.
Desde nuestro blog de Can Bonico queremos recomendarles a través de este post, un fantástico día de excursión a Cabrera.
La isla de Cabrera debe su nombre a las cabras montesas que habitaban en ella, tras haber estado invadido por las principales civilizaciones mediterráneas y tener permanentemente presencia militar durante mucho tiempo, en 1991 se declaró la isla de Cabrera como Parque Nacional Marítimo Terrestre.
Principalmente hay dos empresas que organizan excursiones diarias a la isla de Cabrera desde el puerto de Colònia de Sant Jordi, aunque ambién existe la posibilidad de alquilar una embarcación privada para pasar el día allí. Normalmente y dependiendo de las condiciones del mar, el trayecto puede durar entre 30 y 40 minutos, ya que la isla se encuentra a 11 millas de la costa sur de Mallorca.
Antes de hacer la primera parada en “Sa Cova Blava” podrá navegar entre los islotes que componen el archipiélago de Cabrera, formados por “Na Foradada”, “Na pobre”, “Na plana”, “L’esponja”, “Na Conillera” y “Na Radona”. Durante este trayecto podrá tomar el sol tranquilamente y observar alguna ave que desconocía o incluso, y si tiene suerte, avistar algún delfín.
La primera parada al llegar a la isla de Cabrera es su increíble cueva azul (sólo hay tres en el Mediterráneo). Visitar “Sa cova Blava” es una experiencia única, ya que debido a los rayos de luz parece que la cueva está pintada de un azul intenso, casi artificial, bajo una bóveda de piedra de 20 metros de altura.
Posteriormente, al llegar al puerto natural de Cabrera (en el caso de visitarlo con una embarcación privada deberá haber solicitado una boya con anterioridad a http://www.magrama.gob.es/es/red-parques-nacionales/nuestros-parques/cabrera/ ), podrá visitar las playas de Sa Platgeta, Platga d’Es Pagès y S’Empalmador.
Recomendamos hacer el desembarco en la isla para conocer diversos itinerarios: el que asciende hasta el Castillo de Cabrera, el que llega hasta el faro de Ensiola y el que finaliza en la preciosa cueva blanca. También en tierra podrá tomar un refrigerio en el único bar que hay en toda la isla, que se encuentra en el puerto.
No olvide practicar la actividad estrella de esta excursión, tanto si tiene el título de submarinismo como si practica snórkel, podrá descubrir uno de los fondos marinos más espectaculares del Mediterráneo, gracias a la densa pradera de Posidonia oceánica que permite la proliferación de un gran número de especies de fauna marina: meros, pulpos, tortugas y delfines entre otros.